TRAMPAS PERSONALES - Coaching Azul
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TRAMPAS PERSONALES

TRAMPAS PERSONALES

19:25 28 enero in blog
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Hoy escribiré sobre el conflicto, pero me ocuparé de otra dimensión.  En vez de referirme a él  como el problema que surge en la relación entre personas, me ocuparé del conflicto personal. Es decir, de los conflictos que tenemos  con nosotros mismos.

Y la primera pregunta que se me ocurre es ¿necesitamos vivir en conflicto con nosotros mismos o es que no sabemos vivir de otra manera?

Evidentemente, el ser humano es conflictivo desde que el mundo es mundo y todas las ciencias y disciplinas que se ocupan de estudiarlo ha aportado reveladoras teorías sobre su mundo interior.

Yo en este breve post, me ocuparé de algunas de las trampas personales del hombre moderno que seguro que todos hemos sentido a lo largo de nuestra vida. y algunas propuestas de solución. Evidentemente la creatividad de cada uno para afrontar estas trampas y descartarlas de una vez por todas son la mejor solución.

Estas trampas son:

 1.- La falta de confianza.

 

Si una persona deja su valor en la opinión que tienen los otros sobre él, se aleja de sí mismo de forma autodestructiva, porque si no logra la aprobación ajena es fácil que se sienta indigno y deprimido.

 

Esta forma de responder ha sido aprovechada desde siempre para manipular la voluntad. Cualquier paso en dirección a la independencia o a la libertad de opinión y de acción es fácil de coartarse si no hay confianza en uno mismo.

 

Parafraseando a Wayne W. Dyer, que lo describe muy bien[1], la necesidad de aprobación se fundamenta en un mandato que tenemos interiorizado que es: ‹‹No confíes en ti mismo; confirma todo con otra persona primero››.  Nuestro ambiente cultural refuerza este comportamiento. Una actitud tan sana como vivir desde tu yo interior más genuino es calificada de egoísta o desconsiderada.

 

La interiorización de este mensaje es paulatina desde pequeños, pero es reversible. No debemos desmoralizarnos, porque si nos damos cuenta de esta tendencia ya hemos dado el primer paso para salir de ella. Después, es necesario auto-observarnos para identificar en qué situaciones nos alejamos de nosotros mismos y poner remedio, no permitiéndolo.

 

Por ejemplo la frase cliché que hemos escuchado muchas veces en las canciones de amor como: ‹‹sin ti no soy nadie›› contiene un mensaje trampa, porque una cosa es sentirse muy dichoso al lado de una persona y otra anteponer a esa persona por delante del “ti mismo”. Es decir, no puede ser más importante lo que los demás piensen de ti que lo que tú piensas de ti mismo, porque no tendrás donde asirte cuando esas personas se alejen, te dejen o simplemente no estén en tu vida.

 

Y como refiere Dyer, en su Puddinhead Wilson´s Calendar, Mark Twain nos describe un método convincente para romper con una costumbre arraigada como puede ser la búsqueda de aprobación. ‹‹Las costumbres son costumbres y ningún hombre debe tirarlas por la ventana, debe engatusarlas y hacer que bajen por las escaleras de escalón en escalón››.

 

Ahora bien se debe tener presente que cualquier cambio pasa por enfocarnos en nosotros, en lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos. Si continuamos haciendo responsables a los demás de cómo nos sentimos, seguiremos siendo esclavos de su parecer.

 

Imaginemos a una joven que decide comenzar sus estudios como maestra, porque siente que es su verdadera vocación. Tras formalizar la matrícula siente una gran alegría e ilusión. Esta decisión produce el malestar y enfado de sus padres que han contemplado para ella una carrera de ingeniería, dado que su padre tiene una gran empresa en este campo. Si esta persona comienza a sentirse mal, ¿dónde está depositando su bienestar?, ¿en ella misma o en lo que quieren sus padres para ella?

 

Es indispensable responsabilizarnos de nosotros mismos. Si lo que otro dice, piensa o hace determina cómo nos sentimos, perderemos las riendas.

 

 

2.- La culpabilidad

El concepto de culpabilidad puede analizarse desde varias perspectivas. Desde la esfera del derecho penal, desde la religión o como sentimiento personal. El sentimiento de culpa casi siempre se relaciona con nuestro rol de autores, supone un desajuste entre lo que hacemos o hemos hecho y lo que consideramos que deberíamos hacer o haber hecho. Produce un malestar interior profundo y puede llegar a ser una emoción infundada, exagerada y patológica.

En el proceso para transformar este sentimiento conflictivo, resulta necesario que la persona se dé cuenta de cuándo se produce y cuáles son las causas más frecuentes que activan el mismo para estar alerta y no permitir que la culpabilidad nos bloquee. Resulta una de las trampas interiores más limitante en el crecimiento personal.

En todo caso, la culpabilidad siempre supone una visión negativa de uno mismo y una desvalorización personal.

Para reflexionar sobre esta limitación, responde: «¿Dirías que Dalí es culpable de su obra Los relojes blandos?». Es evidente  que no, pues en este caso su autoría es valorada no solo como positiva, sino ensalzada en el mundo del arte. La capacidad de actuar es un aspecto de la creatividad de cada uno. Cada uno es autor creativo de sí mismo y de lo que manifiesta en el mundo, ya sea a través de su palabra o acciones. El sentimiento de culpa supone una observación negativa de esta capacidad. Es como si se valorase en negativo lo que uno piensa, dice y hace. Esto es una distorsión de la realidad.  Su calificación como bueno o malo supone un conflicto con la capacidad de crear.

En muchas ocasiones, personas con carácter me comentan que se sienten muy mal tras dar rienda suelta a su mal humor y decir cosas a otras personas con las que están disgustadas. En ese momento en que están capturadas por el enfado, no hay control, así que gritan y dicen lo primero que se les pasa por la cabeza. Pasado un tiempo, se sienten culpables. Hay una mirada interior de duro reproche.

En estos casos, les comento que me parece una doble pérdida de energía, pues primero se dejan llevar por la ira y luego se castigan. Así que les propongo aprender a gestionar la ira con el aprendizaje de unas técnicas para no llegar al descontrol. Y comenzamos el entrenamiento que comprende también no caer en la culpabilidad. 

 

3.- La híper-exigencia.

Tanto hombres como mujeres tienen interiorizados de forma más o menos intensa los drivers o impulsores de la personalidad.  Sin embargo, las mujeres presentan un plus en cuanto a esta trampa. La mujer moderna del mundo occidental suele responder a un modelo de híper-exigencia. A veces no es consciente de ello. Las mujeres nos decimos: «Debo ser buena estudiante para lograr un lugar profesional en el futuro», «Debo ser una buena profesional y demostrarlo para conseguir igual valor que los hombres en mi trabajo», «Debo ser madre antes de que se me pase el tiempo», «Deberé ocuparme de mis padres cuando envejezcan», «Debo ocuparme de mi hogar y de los niño».

Sheryl Sandberg fue nombrada en la lista de las veinticinco personas más influyentes en la Web 25 Most Influential People on the Web por la revista Bloomberg Businessweek en el año 2011. También figuró en la lista de las cincuenta Mujeres más poderosas en los negocios en la revista Fortune en el año 2008. Ella es economista y la actual directora operativa de Facebook.

En sus intervenciones públicas, ha compartido varias ideas sobre las mujeres entre las que se pueden destacar dos que evidencian esta híper-exigencia femenina:

Las mujeres subestiman sistemáticamente su capacidad. Si se les preguntara a una mujer y a un hombre algo objetivo, como el promedio de calificaciones en estudios, los hombres se equivocarán sobrestimándose y las mujeres se equivocarán también, subestimándose.

Los hombres suelen atribuirse el éxito de operaciones en su empresa y; sin embargo, las mujeres suele atribuirlo a factores externos.

Por lo tanto, es importante estar alerta con esa voz que puede auto-sabotear a la persona, más en concreto a las mujeres, para no caer en su trampa continuando con hábitos que den la razón a ese mandato interior de “híper-exigencia” y “desvalorización”.

 

4.- La preocupación.

Una de las fórmulas que más se prodigan hoy en día para gestionar el estrés es aprender técnicas para saber situarse en el presente. El pensamiento siempre está vagando. Casi siempre está juzgado, sopesando, interpretando. No está sereno en el momento.

La preocupación siempre sucede en el presente, es decir, es un estado de la persona, pero viste de negatividad ese momento presente, cuando en realidad lo que te preocupa no está sucediendo.

Una persona preocupada se anticipa a lo que puede suceder o no en el futuro y esto no es útil, ni práctico, ni sensato.

Es decir, instalas un sentimiento negativo en el presente por algo que no ha sucedido.

No es posible cambiar algo con la preocupación, así que ¿para qué se preocupan las personas?

La preocupación nos hace perder oportunidades. La persona preocupada está tan ensimismada en su preocupación que no suele ver esas oportunidades.

La preocupación puede ser una llamada para captar la atención de otras personas, pero esto también resulta desgastante. Si  precisas ayuda es mucho más efectivo pedirla.

La preocupación estimula pensamientos negativos que impiden ver con más amplitud una situación.

La preocupación no es garantía de ser mejor persona, padre, madre o hijo.

La preocupación, en definitiva, es una pérdida de fuerza y de energía.

Por ejemplo cuando diagnostican una enfermedad a una persona es normal que se sienta preocupada. Deberá ir asimilando la noticia. Pero una vez que acepta el hecho de estar enferma, la preocupación es una pérdida de energía para afrontarla. Realizar un tratamiento es recorrer un camino, hemos de ir dando paso a paso hasta finalizarlo. Finalizarlo es la meta.  Y en la meta sabremos si hemos curado o no.

Metafóricamente y como ejemplo imaginemos que nuestra meta es llegar a Santiago de Compostela. No me puedo preocupar por estar en Santiago en una hora si he salido caminando de Asturias hace un momento. Es necesario avanzar y pasar por las diferentes etapas de la ruta, sin preocuparme por la meta. Mi atención y mi presencia han de estar en el camino y en sus etapas. Preocuparme por llegar me quita fuerza para ese recorrido.

 

5.- Multitasking.

El término multitasking o multitareas se refería originalmente a un uso circunscrito al ámbito informático relacionado con la modalidad de operación del sistema operativo, capaz de ejecutar varias tareas de forma simultánea e intercalada. Por ejemplo, cuando un microprocesador es interrumpido para que pudiera hacer una tarea más importante antes de completar el proceso original. Hoy en día, todos los microprocesadores hacen multitasking y muchos dispositivos tienen múltiples procesadores que les permiten un paralelismo mejorado.

Este concepto se ha trasladado al mundo profesional y empresarial para referirnos a la persona que realiza muchas tareas a un tiempo. Ahora bien, es necesario diferenciar cuando se hace un multitasking productivo positivo y cuando resulta perverso, por exceder los niveles normales de exigencia o improductivo y negativo.

 

  • Multitasking productivo:

 

Cuando una persona interrumpe una tarea de baja prioridad por una de alta prioridad.

Por ejemplo: un gerente de una empresa trabaja en un reporte de importancia media. En ese momento, un empleado necesita una decisión suya para ofrecerle un producto a un cliente muy importante. Está claro que tiene sentido interrumpir lo que el gerente está haciendo para atender al empleado. Al terminar la jornada, las dos tareas estarán hechas, al haber priorizado la más importante.

 

  • Multitasking improductivo y negativo:

 

Se produce cuando una persona está llena de tareas y casi nunca está con la atención enfocada en la actividad que está realizando en cada momento.

Por ejemplo:

-Mira continuamente el mail cuando se está realizando un informe.

-Abre cada poco tiempo las redes sociales mientras está realizando una tarea.

-No sabe distinguir entre tareas importantes o secundarias e, intenta realizarlas todas a un tiempo.

-No prioriza las tareas de mayor importancia.

Cuando una persona está distraída con la atención desenfocada en varios estímulos a un tiempo, se genera mucho estrés, y tardará el doble en realizar las tareas principales. Ello genera ansiedad.

Nos damos mucha calidad de vida, cuando somos capaces de estar relajados interiormente. El estrés como estilo de vida genera mucho conflicto interior también. El dominio de nuestra atención es una vía esencial para esquivarlo.

 

6.Stinking thinking.

Es un término que descubrí en un artículo de una entrenadora personal afroamericana.

El “stinking thinking”, cuya traducción literal es “pensamiento apestoso”, sirve para describir la tendencia a pensar mal, tener pensamientos negativos o dejarte llevar por la imaginación negativa  como hábito. El hombre occidental moderno suele tener unos sesenta mil pensamientos diarios, la mayoría son negativos.

El ser humano del siglo XXI tiene este tipo de síndrome propiciado por:

1.- La tendencia a sobrevalorar el pensamiento lógico racional por encima de los sentimientos, las sensaciones, la intuición, el instinto; el mero estar y ser sin hacer estilo de vida. Residimos en espacios artificiales llenos de ruido, energía eléctrica, prácticamente desconectados de la vida salvaje o natural que disfrutamos esporádicamente. Seguimos ritmos frenéticos de horarios de un reloj.

2.- El ritmo del pensamiento suele ser vertiginoso, hay un continuo movimiento hacia el pasado y el futuro y cuesta vivir en el presente.

3.- Al estar atrapados no solo por el pensamiento sino por la jaula digital que vive su apogeo y la cantidad de estímulos que rodean a las personas, la observación así como la concentración resultan muy pobres.

4.- La pérdida del dominio de la atención hace que el rendimiento y la productividad laboral descienda y la gestión del tiempo resulte una utopía.

5.- Como se prioriza tanto el pensamiento para ser competitivo en los ámbitos profesionales y sociales, los pensamientos y los sentimientos se fusionan de forma que se intelectualiza todo o casi todo y se desnaturalizan cuestiones que son exclusivamente del corazón o de la intuición. Dicho de otra manera: “se analizan los mensajes del corazón”, en vez de sentirlos sin más y dejarse llevar por el sentimiento.

 

Estas cinco trampas que se han mencionado son ladrones” del tiempo. Tiempo equivale a vida, pues si no contamos con tiempo en cantidad y calidad no contamos tampoco con nada para experimentar, desarrollar, disfrutar, etcétera.

 

Propuesta:

Necesitamos trabajar estas trampas que nos quitan tranquilidad. Desde mi punto de vista, el mayor poder personal para desarrollarnos en cualquier ámbito es estar lo más relajados posibles.

¿Cuáles son los primeros pasos que podemos dar para estar relajados?

 

  • Primer paso: Darnos cuenta de las trampas más marcadas que tenemos. Conocernos.
  • Segundo paso: Aprender técnicas de relajación interior como meditación, yoga, mindfulness, contemplación.
  • Tercer paso: Incorporar la actividad física en nuestras vidas.
  • Cuarto paso: aprender a sentir nuestra presencia gracias a la consciencia corporal y la respiración abdominal consciente. Sentir esa presencia a diario es una gran ayuda para lidiar con los estímulos exteriores, con las interacciones y, por supuesto, con nuestros propios pensamientos negativos.

 

[1] Tus zonas erróneas, Wayne W. Dyer 1978 Penguin Random House Group Editorial, S.A.U.

©MARTA ANTUÑA EGOCHEAGA. Enero de 2020.

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