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1.- ¿DIVORCIO o RECONCILIACIÓN?
El verano es un periodo del año en el que muchas parejas se dan cuenta de las grandes dificultades que existen en su relación y la mayoría de ellas engloban sus problemas en una o varias creencias que instalan en su interior del tipo: «no me hace feliz»,»la convivencia resulta imposible», «no puedo más», «no me quiere», «no me entiende», «ya no hay nada que hacer», «ya no tenemos nada en común», etc.
Sienten mucho sufrimiento e interpretan como incuestionables las conclusiones a las que han llegado, porque se basan en numerosos y diversos argumentos que establecen como los únicos posibles; así que toman la decisión de iniciar un proceso de SEPARACIÓN o DIVORCIO.
Siguiendo los datos del Consejo General del Poder Judicial ofrecidos en el último mes de Marzo, los divorcios, separaciones y nulidades pasaron de 124.975 a 133.643 y aunque no es la primera vez que la cifra sube de un año a otro, sí es la más alta desde 2007. Además los divorcios son mayoría entre los tres tipos de cese de la relación habiéndose registrado igualmente un especial aumento de divorcios: el año pasado creció el 7,2% con respecto al año 2013.
A pesar de este incremento y de que el DIVORCIO está muy normalizado en nuestra sociedad, es importante decir con valentía que esta decisión, que no suele tener marcha atrás, no resulta en algunos casos la mejor opción por las razones que diré.
Cada pareja es un mundo único y diferente y no se debe de generalizar, ahora bien por mi experiencia profesional puedo decir que hay casos que se repiten en gran medida como los siguientes:
a) Cuando ambos miembros de la pareja lo tienen claro e inician de forma pacífica y consensuada los términos de su divorcio. Es una decisión meditada y madurada y no ven otra posibilidad.
b) Los casos en los que ambos también lo tienen muy claro, pero el fin de su relación está protagonizado por el rencor y el enfrentamiento, así que pelearán en los tribunales de forma contundente y por un largo periodo tiempo.
c) Los casos en los que solo uno de ellos lo tiene bastante claro, pero no del todo y el otro no lo tiene claro en absoluto. Los dos sufren, no son felices, pero algo en su interior les dice que la separación o el divorcio no es la mejor solución, pues aún sienten cariño por su pareja. Sin embargo no acuden a un profesional que les ayude y se divorcian o continúan con la relación sintiéndose unos desdichados.
d) Los casos en los que ambos dudan, pero reconocen que su convivencia se ha convertido en un infierno. Les gustaría que por arte de magia su relación fuese otra. Han oído hablar de profesionales que les puede ayudar, pero no dan el paso por diversos motivos que en realidad son disculpas, así que se divorcian o continúan su desagradable convivencia parcheándola de mil modos.
e) Los casos en lo que ambos dudan y a pesar de la confusión se dejan llevar por la opinión de sus familiares, dándose incluso los casos en los que están realmente presionados por la familia más extensa. Suelen divorciarse.
En los últimos tres casos, si llegan a divorciarse, pasado un tiempo más o menos extenso, en el fondo y aunque no lo digan (pues socialmente está muy justificado el divorcio ya sean pocas o muchas las dificultades en una relación) suelen arrepentirse de haberlo hecho; de forma que, o bien continúan solos y echan de menos a su ex, o bien están con otra pareja con la que tienen similares problemas de convivencia.
En supuestos como los comentados en las letras c) d) e), la ayuda de un profesional resulta una opción útil y necesaria antes de adentrarse en un divorcio y arrepentirse de por vida.
De entre estas herramientas profesionales destaco, por los resultados óptimos de mi experiencia profesional como abogada, mediadora y coach, la participación de los miembros de la pareja en un proceso de coaching.
Es decir, la propuesta que comento es la de iniciar un PROCESO DE COACHING para aclarar si la meta de ambos es el DIVORCIO o la RECONCILIACIÓN y en caso de que sea esta última opción, fijar los CAMBIOS necesarios que harán realidad una NUEVA RELACION de pareja, o lo que hoy en día llamamos REINVENTARSE.
Si por el contrario la conclusión es el DIVORCIO, comenzarán un proceso de MEDIACIÓN para regular el régimen de dicho DIVORCIO.
Este programa de COACHING FAMILIAR con fases bien diferenciadas resulta muy útil y eficaz, en el que además la satisfacción de los miembros de la pareja es muy elevada.
2.- PROCESO DE COACHING FAMILIAR.
Como ya he comentado la meta para los miembros de la pareja es sopesar con la ayuda de un COACH y FACILITADOR de la COMUNICACIÓN, que siendo además MEDIADOR y ABOGADO PROFESIONAL cuenta con conocimientos especializados en la materia y amplia perspectiva de la situación, si el divorcio o la reconciliación (con cambios) es la meta común de ambos, dada la situación de crisis que están viviendo.
Dicho proceso se desarrolla recorriendo los tres ámbitos esenciales fundamentales para propiciar la COMUNICACIÓN DE CALIDAD y la gestión de auténticos CAMBIOS.
Muy resumidamente y a modo de pinceladas, destaco algo de este trabajo, pues el proceso es profundo y sobre todo ESPONTÁNEO en cuanto que la voluntad momento a momento de los miembros de la pareja marca el rumbo y la zona de indagación y de trabajo.
A.- CONCIENCIA (el DARSE CUENTA)
A modo de ejemplo destaco solo alguno de los elementos que se exploran en esta fase:
En el pasado:
Darse cuenta de lo que unió, de lo que funcionaba. Qué cambió, cómo cambio y para qué cambió.
¿Cada uno escuchado y entendido por el otro?
En el presente: darse cuenta de lo que falla y de lo que falla más últimamente, de los mecanismos de pensamiento/interpretación de la realidad/emoción/acción, de las dinámicas intrapersonales e interpersonales de los miembros de la pareja.
¿Qué une, qué desune?
¿Cada uno no escuchado, no entendido por el otro?
Principales causas de temor y miedos de cada uno ¿Hay miedos comunes?
Qué necesidades e intereses de cada uno. ¿Necesidades comunes? ¿Intereses comunes?
Interpretación de las diferencias.
Qué valores guían sus vidas. ¿Hay valores comunes?
Etc.
Normalmente al finalizar esta primera etapa los miembros de la pareja ya DESCUBREN si quieren la RECONCILIACIÓN, aunque a veces es necesario pasar a la siguiente fase y establecer incluso un periodo de prueba.
B.- RECURSOS de cada uno y las posibles nuevas RESPUESTAS (qué nuevas respuestas quieren/necesitan dar).
Indagación apreciativa sobre las nuevas respuestas/propuestas.
Supuestos y pruebas.
¿Resultados?
Ya hay bastante luz al final del túnel.
Etc.
C.- ACCIONES.
Ellos mismos deciden sus acciones.
Propuesta.
Prueba y Revisión en las próximas sesiones.
Etc.
Por último, animo a todos aquellos que de alguna manera con estas breves palabras sienten curiosidad por este tipo de trabajo y lo necesitan, que lo experimenten porque no se arrepentirán. Es realmente útil y efectivo.
https://t.co/8NcF88439i
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